JOSE CARLOS MARIATEGUI
José Carlos Mariátegui La Chira; Moquegua, 1894 -
Lima, 1930 Ensayista peruano, uno de los pensadores más influyentes en el
ámbito de la reflexión sobre la cultura y sociedad del país. Destacado
activista político, fue además el fundador del Partido Socialista Marxista
Peruano.
Para contribuir al sostén de la familia entró a
trabajar en el diario La Prensa como ayudante en los talleres de linotipia y
fue ascendiendo lentamente dentro del periódico.
Durante 1918, bajo la influencia de la revolución
rusa, la prédica del presidente norteamericano Wilson, y de las ideas de Víctor
Maúrtua, Mariátegui se adhiere al socialismo y lanza la revista Nuestra Época,
dirigida por él mismo y por César Falcón.
Tras el golpe de Augusto B. Leguía, el 4 de julio
de 1919, su línea periodística fue de radical oposición al régimen, en este
estado de cosas, el gobierno de Leguía ofreció becas para viajar a Europa, así
que Mariátegui partió hacia Italia y César Falcón hacia España.
En Europa se quedaría Mariátegui hasta principios
de 1923, en un viaje en el que recorrió Italia, Francia, Alemania, Austria,
Hungría y Checoslovaquia, aprendió varios idiomas y consolidó su formación
política e ideológica, adhiriéndose al marxismo.
En 1926 fundó la revista Amauta. Considerada la más
importante y paradigmática del siglo XX, en sus páginas se publicaron
importantes trabajos de la nueva generación intelectual.
A
fines de 1928 publica sus Siete Ensayos de Interpretación
de la Realidad Peruana, uno de los libros más lúcidos escritos sobre
los problemas del Perú. La alternativa planteada por Mariátegui se basa en una
interpretación marxista de la realidad peruana, aunque heterodoxa dentro del
dogma comunista de la época. En este mismo año se gesta la fundación de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).
APORTES A LA EDUCACION
En este
trabajo quiero hacer un análisis de los problemas educativos que hace notar
José Carlos Mariátegui en su obra “7
ensayos sobre la realidad peruana” en su época. Esto nos ayudará ver cuando
ha cambiado la educación vivida por el
autor hasta nuestros días contemporáneos, ya que eran otros tiempos muy
diferentes cuando surgió dicha obra, y los planteamientos que hace Mariátegui
nos pueden motivar nuevas
formas de ver sobre la educación de hoy.
La marca colonial de la educación
Para el
José Carlos Mariátegui, la educación
está totalmente influenciada
por la conquista
en América Latina, que han
implementado un sistema al margen
del ámbito cultural, social,
político y educativo. “La educación nacional, por consiguiente, no
tiene un espíritu nacional: tiene más bien un espíritu colonial y colonizador.
Cuando en sus programas de instrucción
pública el Estado
se refiere a
los indios, no
se refiere a
ellos como a
peruanos iguales a todos los demás. Los considera como una raza
inferior” (2007, P. 214).
Ante
ello, Mariátegui sostiene
que se dio un
proceso de conquista,
y que tiene
un espíritu colonial
y colonizador, puesto que los
colonizadores buscaban solo la riqueza y por ello América se convirtió en una
tierra de explotación, no de trabajo y poblamiento. Creo que es muy diferente entre la colonización y
conquista; los supuestos conquistadores solo buscaron sus propios
intereses era obtener más riquezas con
el menor esfuerzo,
pues el Perú
de su época tenía
una creciente producción agrícola.
En este escenario, se promovió una
educación ajena y en la que se evidencian amplias diferencias sociales y discriminación.
Esta situación nos remite pensar en los diferentes defectos que dejó la colonia
en los sistemas educativos contemporáneos.
Estos defectos constituyen un punto de partida para reflexionar sobre
problemas de culturales, identidad y la educación, pues muchas propuestas
educativas están marcados por diferencias de clases que condicionan los fines
de la educación.
La educación, fruto de la cultura
Para
empezar, Mariátegui plantea cómo los sistemas español, francés y norteamericano
tuvieron una fuerte influencia en la conformación del sistema educativo peruano. Por
ello, afirma que la educación peruana no tiene un
enfoque propio, más al contrario se conformó mediante
el añadido de
varias propuestas, pero
que no se
encuentra fusionado, desde lo
cual se logran
identificar los elementos
que provienen de
cada cultura de una manera dispersa y aislada. Nos dice: “… El problema
está en las
raíces mismas de
este Perú hijo
de la conquista. No
somos un pueblo
que asimila las
ideas y los hombres
de otras naciones, impregnándolas de
su sentimiento y
su ambiente, y
que de esta
suerte enriquece, sin deformarlo,
su espíritu nacional.
Somos un pueblo
en el que conviven,
sin fusionarse aún,
sin entenderse todavía,
indígenas y conquistadores (2007: P. 213)”
Este territorio disciplinar y religiosa
hace que la educación sea de acceso sólo para algunos, aquellos provenientes de
las clases sociales dirigentes, y a las castas, como lo menciona Mariátegui: “Dentro de
este concepto, que cerraba las puertas de la Universidad a los mestizos, la
cultura era un privilegio de casta. El pueblo no tenía derecho a la
instrucción. La enseñanza tenía por objeto formar clérigos y doctores” (2007,
214).
En la actualidad, podemos decir que, a pesar de que hay más opciones
para que las personas puedan acceder a la educación, hace falta mucho para que
la educación no sea excluyente y para que en realidad, el tipo de formación que
se da en las instituciones sea pertinente y le permita la transformación de su
contexto propio.
Para
Mariátegui el problema
educativo está asociada
a la identidad cultural, desplazada por lo contemplativo y
conservacionista. De allí, podemos examinar dos aspectos:
primero que
todo, se aprendió
a adoptar los
modelos externos, sin la
intervención de lo propio; y segundo,
se subvaloró el trabajo práctico. Notemos cómo lo menciona el autor: “Este instinto
nos ha sido
legado por nuestros
abuelos como herencia
orgánica. Tenemos, pues, por
raza y nacimiento,
el desdén al
trabajo, el amor
a la adquisición del dinero sin
esfuerzo propio, la afición a la ociosidad agradable, el gusto a las fiestas y
la tendencia al derroche” (2007, 218).
La educación, trabajo y transformación social
Como es de
nuestro conocimiento hoy por hoy,
el ingreso al
mundo del trabajo
se canaliza a
través de la educación
superior o universitaria. Mariátegui trata el tema de la enseñanza universitaria y lo que allí identifica
es un problema
de clases, ya
que la educación de
calidad se encuentra orientada para la burguesía, y
comenta: “Convertida la
enseñanza universitaria en un privilegio
del dinero, sino
de la casta, por lo menos de una
categoría social absolutamente ligada a los intereses de una
y otra, las
universidades han tenido
una tendencia inevitable
a la burocratización académica.
Era éste un destino al cual no podían escapar ni aun bajo la influencia
episódica de alguna personalidad de excepción” (2007, P. 235).
Las universidades fueron asumidas
desde una perspectiva burocrática, aristocrática y conservadora por parte de la
Iglesia Católica, se comprende como
el espacio para
la preparación de los
dirigentes del país,
para que asuman los cargos más
altos como la responsabilidad económica, diplomático, y político.
No obstante, se formaron personas con
conocimientos pero con poca formación ética y poco interés por los temas
tratados: “Salieron, en
cambio, con una
ignorancia enciclopédica, precoces
utilitarios, capaces de todas
las artimañas para
enredar pleitos, y
que en la
vida fueron sostén de
todas las injusticias.
Los estudiantes se concretaban a
escuchar lecciones orales sin curiosidad alguna, sin ánimo de
investigar, sin pasión por la búsqueda
tenaz, sin laboratorios
que despertaran las
energías latentes, que fortalecieran el
carácter, que disciplinaran
la voluntad y
que ejercitaran la inteligencia” (2007, P. 245).
CONCLUSIÓN
La concepción de Mariátegui sobre la
educación nos permite ampliar los elementos de análisis de
los problemas educativos
y culturales actuales, pues la colonización, la exclusión
y las estrategias
utilizadas para el
aumento de la
producción, terminan distorsionando
el camino de la educación. La colonización y su marcada influencia en la cultura impidieron
la generación de una educación
propia que permitiera la potencialización de
los talentos de
los nativos.
Ahora bien, lo sorprendente es que la
adopción de modelos extranjeros continúa vigente, seguimos copiando modelos de
educación de los países que algo o poco han logrado; desde Mariátegui
hasta hoy en día no ha cambiado nada a nuestra manera de ver, pareciera
que el autor fuera un hombre de nuestros días.
El
tema de la
educación lo aborda
el autor desde
el problema de clase,
pero también plantea el problema
de raza, y allí la desigualdad es aún más evidente. La educación para el mestizo
depende de su casta o de la riqueza que ostentaba, así adquirirá una educación
de calidad, el indio, como lo llama el autor, está sometido a la esclavitud, su
lengua es sustituido por el castellano. “… La escuela elemental no redime
moral y socialmente al indio. El primer paso real hacia su redención, tiene que
ser el de abolir su servidumbre” (2007, P. 260). Entonces, el paso de la servidumbre a
la verdadera educación implica el reconocimiento de los saberes propios y de
sus costumbres, y de sus saberes propios de su comunidad donde vive.
Finalmente, estudiar las propuesta que
realiza Mariátegui sobre la educación nos permite ver lo
poco o nada de la
configuración de nuestros sistemas
educativos, y por configuración estamos
comprendiendo los fundamentos que subyacen
los diseños curriculares, las
estrategias didácticas y los modelos pedagógicos.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
MARIÁTEGUI, José Carlos (2007).
7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana. Venezuela: Biblioteca de Ayacucho.
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